Y mientras el coronavirus, alrededor de 1.500 menores no acompañados viven en un campo de refugiados sin protección alguna.

El campo de refugiados de Moria está situado en la isla griega de Lesbos, a seis millas de la costa oeste de Turquía. El campamento en sí está ubicado en una antigua prisión y está lleno de refugiados que buscan asilo en Europa.

El campamento se configuró como un centro receptor que fue diseñado originalmente para apoyar a unos 3.000 refugiados y ahora alberga alrededor de 20.000, lo que representa aproximadamente una quinta parte de la población de las islas. El área principal del campamento se ha vuelto cada vez más superpoblada, causando que las estructuras se extiendan hacia los alrededores, sin electricidad ni agua corriente. Una fracción de la población vive en contenedores de envío, conocidos como “isoboxes”, otros construyen algún tipo de hogar con lo que pueden conseguir, también se ubican en tiendas que ofrecen poca protección contra inclemencias del tiempo, a mediados de invierno las temperaturas por la noche pueden caer por debajo del punto de congelación, mientras que las temperaturas diurnas durante los meses de verano alcanzarán un máximo de más de 30 grados. En tiempos de lluvia, las carpas y otros refugios a menudo se encuentran en el camino de los flujos espontáneos de basura y escombros en el agua. 

La mayoría de los refugiados son de Afganistán, mientras que otros son de Somalia, Siria, Irán y África occidental. La población se compone de hombres solteros, mujeres, menores no acompañados y familias de diferentes tamaños. 

Se estima que hay alrededor de 1.500 menores no acompañados viviendo en el campo, aproximadamente la mitad están ‘alojados’ y están bajo el ala cada vez más extendida del ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados). El resto en lo que respecta al sistema burocrático, no existe.

La mayoría de los habitantes del campamento han caminado miles de kilómetros para pararse en la costa occidental de Turquía, generalmente viajando en la oscuridad para evitar ser detectados. Los contrabandistas luego les cobran grandes sumas para escoltarlos en embarcaciones acuáticas. Los mares adversos y el hecho de que muchos de los barcos no son aptos para el cruce ha resultado en innumerables vidas perdidas en este rincón del Mediterráneo. Muchos han tenido varios intentos, previamente frustrados por la policía fronteriza o abandonados debido a las peligrosas condiciones del mar. La posición y el estado de la embarcación determinarán si se vuelve hacia Turquía o si se guía a Lesbos, estableciendo una especie de escondite de alto riesgo. En casos extremos, los refugiados se han saboteado pinchando y hundiendo sus propios barcos en un intento desesperado por ser rescatados y así completar este paso de su viaje. Cuando finalmente se llega a la costa de Lesbos, Moria los recibe con documentos de identidad, paquetes de comida, montones de basura y una gran cantidad de caos humanitario. 

Estos refugiados han huido de sus hogares nativos principalmente con la esperanza de un futuro más seguro y a menudo huyen de la guerra y la pobreza. 

Es irónico que muchos vengan en busca de seguridad y se encuentren en un campamento que simplemente no lo es. Los disturbios y violencia es provocada por divisiones étnicas, facciones en guerra y frustraciones con un sistema burocrático, todo agravado por condiciones de vida inhumanas dentro del campo de refugiados más grande de Europa. 

El proceso de solicitud actual para obtener asilo y entrar en Europa puede llevarles hasta dos años. Mientras, los refugiados no pueden trabajar y deben permanecer en el campamento hasta que se les dé asilo viviendo en una especie de tierra de nadie.  

Existe una pequeña clínica dentro del campamento, pero como la capacidad de la clínica está limitada por el espacio y el personal, algunos que hacen cola son rechazados al final del día sin haber sido vistos a pesar de hacer cola durante horas y probablemente también se hayan perdido la línea de alimentos del día. Muchos refugiados que viven en el campo han sido víctimas de tortura y violación. Hace un par de días ya se detectó el primer caso de coronavirus acentuando el peligro que corren y alto riesgo de propagación que pueden sufrir en la zona.

Ahora el problema ha empeorado por la tensión entre los habitantes de la isla, menos de 1.200 habitantes que se sienten amenazados por el enorme campamento de refugiados y protestan ante la amenaza de un nuevo centro de acogida que el Gobierno ha anunciado, llegando a límites de agresiones.

Existen algunas organizaciones benéficas que trabajan para mejorar la vida de las personas, pero el problema es que estas pequeñas organizaciones ya están eclipsadas por la magnitud de este rápido fracaso humanitario. Añadiendo la presión que algunos trabajadores humanitarios han recibido y llevado a varias organizaciones a suspender su actividad durante unos días por miedo a sufrir ataques.

Me avergüenza que estando en una Europa moderna, los gobiernos pongan escudos en las fronteras a niños y familias que están viviendo en semejantes condiciones. La vida que están sufriendo estas personas en Moria es una existencia que nadie debería sufrir, y más después de haber soportado tantas dificultades para llegar.

La sororidad irradiará el próximo domingo Día Internacional de la Mujer. 8M

Un año más, el 8 de marzo las calles del mundo entero se volverán a teñir de morado con las manifestaciones convocadas por los colectivos feministas para reclamar de nuevo la igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos de la sociedad.

Es el momento de hacer repaso de las metas alcanzadas y de las que nos quedan por conquistar, y estas por desgracia son todavía muchas, la violencia machista, la precariedad, la falta de seguridad y libertad en la vivencia de la sexualidad y el placer, la brecha salarial y de las pensiones protagonizarán las protestas del Día Internacional de la Mujer.

El movimiento feminista ha articulado las manifestaciones de este 8M en torno a cuatro grandes ejes de reivindicación: violencias, cuerpos, fronteras y economía. Pondrá especial énfasis en la discriminación interseccional que padecen las mujeres migrantes, racializadas, pobres y aquellas que pertenecen al colectivo LGTBI, especialmente las trans.

Así que mujeres del mundo, el domingo debemos salir a la calle y hacer una cadena de mujeres tan larga como ganas de luchar tenemos, manifestando y exigiendo, protestando por la creciente ofensiva machista y los retrocesos en derechos, y alzando la voz con lemas:

«¡Nos queremos libres, nos queremos vivas, feministas, combativas y rebeldes!»

«todas las mujeres libres y diversas»

«todas las mujeres, todos los derechos, todos los días»

«Es nuestra hora de conquistar derechos, es nuestra hora de corresponsabilidad en los cuidados, es hora de igualdad salarial, es hora de que sólo sí sea sí y es hora de feminismo»

«con Derechos, sin barreras, feministas sin fronteras»

El tabú de la homosexualidad en el deporte

La semana pasada se celebró el Día Internacional contra la LGBTfobia en el Deporte, fecha elegida por ser la del nacimiento del primer futbolista profesional en declararse públicamente homosexual, Justin Fashanu, quien se suicidó por las presiones de su entorno más cercano y por la intolerancia de la sociedad británica.

Aunque a día de hoy ya hay deportistas profesionales LGBTI que son visibles y pertenecen a diferentes disciplinas deportivas como son Gemma Hassen-Bey (esgrima), Izaro Antxia (fútbol sala), Vanesa Caballero (boxeo), Laura del Río (fútbol), Kike Sarasola (equitación), Jesús Tomillero (fútbol) y Víctor Gutiérrez (waterpolo) y más que se van sumando, la homosexualidad sigue siendo un gran tabú en el deporte, y más en algunos en especifico como el fútbol o el baloncesto.

La homofobia en el fútbol sigue siendo uno de los temas que más grandes problemas despierta debido a la cantidad de agresiones, insultos y ofensas que en este deporte se han registrado, y su falta de visibilidad con el colectivo LGBT.

En España, de hecho ningún jugador profesional, en activo o retirado, ha manifestado nunca una orientación sexual que no sea la heterosexual, solo Jesús Tomillero, árbitro profesional que estuvo al borde de colgar para siempre las botas al recibir insultos, pedradas e incluso amenazas de muerte, pero que tras una ola de solidaridad decidió continuar con su carrera arbitral e incluso fundó una asociación. 

Y ya no solo son los profesionales sino que a pesar de la cultura de integración y respeto que cada vez más jóvenes reciben, los estadios siguen siendo un terreno lleno de insultos homofóbicos hacia los jugadores o entre los propios hinchas.

Por desgracia, hace tan solo unos meses hubo otro caso de dos jugadoras de fútbol Teresa Abelleira y Patricia Curbelo, ambas jugadoras del RC Deportivo de La Coruña que tras conceder una entrevista en la que hablaron sobre su relación abiertamente tan natural y normal, ambas recibieron tras la publicación insultos homófobos por parte de algunos usuarios en las redes sociales.

A pesar de la dificultad y la presión a la que se enfrentan los futbolistas masculinos, cabe destacar que las mujeres también se enfrentan a insultos homófobos y racistas en competiciones deportivas, con la excepcionalidad de que las mujeres también se tienen que enfrentar a comentarios machistas. A pesar de ello, han sido las mujeres lesbianas y bisexuales del Mundial de Fútbol de Francia quienes han logrado hacer de este el Mundial más inclusivo hasta el momento para la comunidad LGBT. La fotografía de Pernille Herder y Magdalena Eriksson dándose un beso a pesar de su rivalidad, en el mes del Orgullo y coincidiendo con un año en que las futbolistas han reivindicado la necesidad de mejores salarios y mayor apoyo de medios e instituciones, ha conseguido dar la vuelta al mundo y visibilizar por partida doble aquello que hasta ahora no se había visto con tanta fuerza: que las mujeres juegan muy bien al fútbol y, que el fútbol, además, puede llevar las siglas LGBT.

Otro ejemplo de visibilidad es la jugadora de fútbol profesional americana Megan Rapinoe, que en el Mundial de 2019 ganó el oro con el equipo y además ha sido Balón de Oro, Bota de Oro, premio The Best 2019 a la mejor jugadora de la FIFA y MPV.

Con todo, esto no es suficiente y por ello animo a todos aquellos deportistas a que hagan lo mismo porque hay millones de adolescentes LGBT que les agradecerán que referentes sociales tan populares por su profesión también lo sean por ellos por su orientación sexual.

Desde la ruptura de un glaciar hasta temperaturas récord, la Antártida tuvo una semana de cambios climáticos…

Tan solo hace unos días que un iceberg del tamaño de Atlanta se desprendió de un glaciar produciéndose una dramática disminución en la colonias de pingüinos de la Antártida.

Si bien la disminución de pingüinos y la rotura del glaciar se debieron a influencias de a largo plazo, es importante señalar que las temperaturas potencialmente récord de esta semana pasada se deben en su mayoría a un evento climático muy específico llamado «Föhn», que causa temperaturas inusualmente cálidas.

La Antártida está registrando temperaturas récord de más de 20 ºC, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) acaba de afirmar que el pasado 9 de febrero se registró una temperatura de hasta 20,75ºC, que es señal clara de que algo diferente está sucediendo en esa zona aseguran los científicos.

Los últimos días en la Antártida han generado desconcierto. En menos de una semana, el récord de temperatura más alta que existía: 17,5 grados, registrado hace cinco años, ha sido superado. Primero, en la estación argentina “Esperanza” se reportó el 7 de febrero 18,5 grados. Dos días después, tras mediciones en la isla Seymour se alcanzó una temperatura superior a los 20 ºC. De acuerdo con la OMM esta cifra supera los demás estados climáticos del pasado.

El declive de las colonias de pingüinos antárticos, así como las focas y las ballenas, se debe en su gran medida al cambio climático que está eliminado el krill, principal fuente de alimento de estos animales.

Convertir la Antártida en santuario marino sería la herramienta clave para proteger hábitats y especies, reconstruyendo la biodiversidad ya perdida.

Los pingüinos, las focas y las ballenas dependen del krill, que depende del hielo. Así que si el cambio climático afecta al hielo, eso repercute en todo lo demás.

La Mostra FIRE y el CCCB proponen Amores on FIRE!

Si sois amantes del cine y vivís en Barcelona, podréis disfrutar de la Mostra de cine Amores on Fire, que comienza mañana viernes 14 y el sábado 15 de febrero con diferentes proyecciones de cortometrajes y largometrajes LGTBI.

Se comenzará con la presentación de la muestra por parte del director Antoine Leonetti a las 18h. Después, se proyectará el cortometraje «CLAN» (Behrendt, Australia, 2014, 8’, VOSE), sobre un joven aborígen australiano que, tras salir del armario, se unió al equipo de rugby de los Convicts y ganó tres Copas Bingham con ellos. Luego, se proyectará la película «Back on Board: Greg Louganis» (Cheryl Furjanic, EUA, 2014, 90’, VOSE), que sigue al cuádruple campeón olímpico de saltos de trampolín Greg Louganis (abiertamente gay) en los últimos tres años.

A las 20:45, podreis ver «Cantando en las azoteas» (Enric Ribes, Espanya, 2017, 5′), un tributo a Gilda Love, el último transformista del barrio chino de Barcelona. A sus 90 años sigue subiendo al escenario cada noche. Le seguirá «Flores de mazapán (Marzipan Flowers)» (Adam Kalderon, Israel, 2014, 74′, VOSC), que cuenta la historia de Hadas, una mujer de 48 años que vive en un kibbutz israelí al sur del país, pero se verá forzada a mudarse a la gran ciudad y allí conocerá a Petel, con quien forjará una gran relación.

El sábado 15, a las 18h, habrá una presentación a cargo de Pol Galofré (activista y responsable del colectivo Cultura Trans). Luego, se proyectará «Plasma Vista» (Sarah Cockings, Harriet Fleuriot, Reino Unido, 2016, 8’, sin diálogos). Le seguirá «Bambi» (Sébastien Lifshitz, França, 2013, 60’, VOSC), un documental sobre Marie-Pierre Pruvot, referente del mundo trans francés. Bambi es el nombre que adoptó cuando empezó su carrera en el cabaref Carrousel de París.

Le seguirá el cortometraje «20 mètres d’amour à Montmartre» (Pierre Gaffié, Francia, 2014, 5’, sin diálogos). Y la película «Un amor de verano (La Belle Saison)» (Catherine Corsini, França, 2015, 105′, VOSE) será la que cierre la jornada. Ambientada en 1971, narra la historia de Delphine, que abandona su entorno campesino para adentrarse en el París de revolución y emancipación femenina de aquellos años. Allí, conocerá a Carole, una activista feminista que marcará su forma de ver el mundo.

«No hay una sola forma de amar y aprovechamos San Valentín para reivindicarlas todas. Se trata de huir de lo ñoño y de una fiesta que perpetúa los estereotipos heteropatriarcales y capitalistas», reivindica Antoine Leonetti, director del FIRE!, que quiere romper tópicos con una selección de filmes que es un best of de las pasadas ediciones. Con el amor como leitmotiv más o menos evidente.

«Queremos dar visibilidad y que haya la mayor diversidad posible, intentamos que todo el universo esté representado», señala Leonetti. Por ejemplo, la transexualidad: «Después de muchos años en los que se le ha prestado muy poca atención cinematográfica, las películas sobre transexuales están teniendo bastante transcendencia, no sólo en el circuito de festivales LGTBI»

Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Empezando con la frase de Mae Jemison, ingeniera y física estadounidense, y una de las primeras mujeres en viajar al espacio “nunca permitas que la imaginación limitada de los demás, te limite” y que la ciencia es un reflejo de las personas que la hacen.

El mundo necesita más ciencia y la ciencia necesita a las mujeres y a las niñas.

Hoy día, sólo el 30% de quienes investigan en todo el mundo son mujeres y sólo el 35% de las y los estudiantes de áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y/o matemáticas (STEM, por su sigla en inglés) son mujeres.

Según estudios recientes, las mujeres en las STEM tienen menos publicaciones, reciben remuneración inferior por sus investigaciones y no avanzan tanto como los hombres en sus carreras. A menudo, se les hace creer a las niñas que no son suficientemente inteligentes para las STEM o bien que los niños y los varones tienen una afinidad natural para desarrollarse en estas áreas.

A pesar de estos obstáculos, las mujeres y las niñas siguen siendo líderes en innovaciones en materia de investigación. Ellas han diseñado medicamentos que salvan vidas y han atravesado la barrera del sonido, han explorado el universo y han sentado las bases para comprender la estructura del ADN. Son modelos a seguir para las generaciones futuras.

Nuestro futuro estará marcado por el avance en ciencia y tecnología, que sólo puede lograrse cuando las mujeres y las niñas son creadoras, dueñas y líderes en la ciencia, la tecnología y la innovación. Cerrar la brecha en las STEM es clave para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la creación de infraestructura, servicios y soluciones útiles para todas las personas.

El 11 de febrero celebramos el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia y convocamos a todas las personas a derribar estereotipos, desafiar los sesgos de género y erradicar la discriminación que obstaculiza el acceso de las mujeres y las niñas a las STEM.

La comunidad empresarial y las instituciones de ciencia e investigación son piezas clave para cerrar esta brecha de género. ONU Mujeres insta a la inversión y las oportunidades para mujeres y niñas a fin de que ellas puedan aprender, crecer e innovar en ciencia y tecnología; además, convoca a las empresas de todo el mundo a adoptar los Principios para el empoderamiento de las mujeres que promueven la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el lugar de trabajo, en el mercado y en la comunidad.

Nunca permitas que la imaginación limitada de los demás, te limite.

Mae Jemison.

Tolerancia cero con la mutilación genital femenina

Tan solo hace una semana que una niña de 12 años ha fallecido a causa de las complicaciones surgidas tras ser sometida a una mutilación genital en Egipto, donde desde 2008 está ilegalizada con penas de entre cinco y siete años de cárcel para los involucrados.

La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que se realiza a mujeres y niñas para alterar o lesionar sus órganos genitales por razones no médicas. En la mayoría de los casos, implica la extirpación parcial o total de sus genitales externos. En algunas comunidades, la mutilación genital femenina suele denominarse “circuncisión femenina”, un término que ha sido objeto de críticas porque puede normalizar la práctica al hacerla equivalente a la circuncisión masculina, que no da cuenta de los graves daños físicos y psicológicos que la mutilación femenina entraña.

En muchos de los países donde se practica la mutilación genital femenina, se considera una norma social profundamente arraigada en la desigualdad de género. Existen diversas razones por las que se practica. En algunos casos, se considera un rito de iniciación a la madurez; en otros, es una forma de controlar la sexualidad de la mujer. Muchas comunidades practican la mutilación genital porque creen que garantiza el desarrollo adecuado de la niña, su matrimonio en el futuro y el honor de su familia. Otras también la asocian a creencias religiosas, si bien no existen escritos religiosos que obliguen a practicarla.

La mutilación genital femenina no tiene beneficios para la salud y, a menudo, deriva en complicaciones médicas a largo plazo que van desde dolor intenso, hemorragias prolongadas, infecciones o infertilidad, hasta la muerte. Además, puede aumentar el peligro de transmisión de VIH. Las mujeres que han sido mutiladas pueden sufrir complicaciones al dar a luz a un bebé, como hemorragias posteriores al parto, muertes fetales o muertes prematuras de recién nacidos. Además de los peligros físicos, la ablación/mutilación genital femenina constituye una violación de los derechos humanos fundamentales de mujeres y niñas.

Aunque sigue sin conocerse el número exacto de mujeres y niñas víctimas de ablación/mutilación genital en todo el mundo, al menos 200 millones de mujeres y niñas de entre 15 y 49 años procedentes de 30 países se han visto sometidas a esta práctica. De esos 200 millones, más de la mitad viven en tres países: Egipto, Etiopía e Indonesia. La práctica está casi generalizada en Djibouti, Guinea y Somalia, donde más del 90% de las mujeres y las niñas son víctimas de alguna forma de ablación o mutilación genital.

A menos que se acelere la acción para poner fin a la mutilación genital femenina, otras 68 millones de niñas habrán sido afectadas para 2030.

UNICEF y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) dirigen conjuntamente el mayor programa mundial para erradicar la ablación/mutilación genital femenina: «Acelerando el Cambio”. El programa promueve políticas y leyes de tolerancia cero, al tiempo que trabaja con los profesionales de la salud para eliminar la mutilación genital y asistir a las mujeres y niñas que han sido sometidas al procedimiento. Datos recientes revelan que en países donde prevalece esta práctica, la mayoría de hombres y mujeres están en contra, pero suelen ocultar sus creencias por miedo a que sus comunidades los rechacen. A fin de cambiar esas percepciones, el programa conjunto de UNICEF y el UNFPA trabaja con las comunidades para hablar abiertamente de la práctica y expresar su apoyo para eliminarla.

Durante las tres últimas décadas, se ha registrado un descenso general de la prevalencia de la mutilación genital femenina que está favoreciendo un gran impulso. Si seguimos actuando como hasta ahora, podremos trabajar juntos para erradicar la práctica para 2030.

A  día  de  hoy,  200  millones  de  mujeres  y  niñas  que  viven  en  30  países  han  sufrido  la  mutilación  genital  femenina.

Convertir el 30% de los océanos en santuarios salvaría toda la vida marina

Solo un 3% de la superficie de nuestros océanos está protegida. Las llamadas aguas internacionales constituyen casi la mitad del planeta. Son el hogar de 7 de cada 10 de especies animales y vegetales, incluidas las terrestres. Pero, además, son un purificador de aire, al capturar dióxido de carbono de la superficie para almacenarlo en sus profundidades. Sin océanos, tendríamos un 50% más de CO2 en la atmósfera y el calentamiento de la Tierra sería tal que sería inhabitable. Un estudio internacional presentado por Greenpeace señala la necesidad de convertir al menos un 30% de los océanos en santuarios libres de explotación humana para garantizar la actual vida marina.

Como se ve en este mapa interactivo, la pesca, la explotación extractiva, la contaminación por plásticos y el calentamiento de las aguas son las principales amenazas. En concreto, la actividad pesquera no artesanal se está expandiendo hacia los océanos más remotos respecto a las costas. El 93% de las especies animales están sobreexplotadas. Por ejemplo, el atún rojo del Pacífico se ha derrumbado a menos del 3% de su abundancia histórica. Sin embargo, sigue siendo objeto de pesca.

En lo referido a la actividad minera, Greenpeace señala que la Autoridad Internacional para los Fondos Marinos ha emitido nuevos contratos para la explotación de zonas del Pacífico, Atlántico e Índico.

Hasta 12 millones de toneladas de plástico terminan cada año en los mares. Sus polímeros son difíciles de degradar. Pueden viajar por todo el mundo, enredándose en las extremidades o siendo engullidas por animales, que terminan muriendo.

Uno de los principales problemas reside en la acidificación oceánica. El mar pierde su capacidad de almacenar carbono y, como si de un refresco caliente se tratase, empieza a liberar burbujas de CO2. El aumento del nivel del mar es también una amenaza para algunas especies, que terminan desplazando centenares de kilómetros sus hábitats.

De igual forma, incluso los lugares más profundos están amenazados, ya que las actividades como la pesca de arrastre de fondo destruyen los hábitats incluso antes de que tengamos la oportunidad de explorarlos y comprenderlos.

Firma y exige la creación de esta red de santuarios marinos en nuestro planeta azul. Los océanos y las especies que lo habitan se enfrentan a gravísimas amenazas, pero solo un 3% de su superficie está protegida.

«Los santuarios oceánicos son una herramienta clave para proteger hábitats y especies, reconstruyendo la biodiversidad oceánica, ayudando a los ecosistemas oceánicos a recuperarse y mantener servicios vitales del ecosistema». Greenpeace apela a Naciones Unidas para «establecer estructuras sólidas para crear y gobernar zonas protegidas en alta mar».

Hay que exigir ya un Tratado Global de los Océanos para proteger el 30% de su superficie como mínimo.

Seis de las siete especies de tortugas marinas están en peligro de extinción

Todas ellas amenazadas por la contaminación de los océanos, la pesca, el cambio climático, los desastres naturales o incluso el comercio ilegal de sus caparazones o sus huevos convierte a estos animales en especies en peligro de extinción.

Al hecho de que tan solo una de cada mil tortugas que salen del huevo logra sobrevivir hasta la edad adulta, ya que su travesía desde el cascarón hasta la orilla es una auténtica aventura amenazada por depredadores como aves, cangrejos o zorros, se le une que a las que lograron llegar al mar aún siguen sin estar a salvo ya que se exponen a las consecuencias de la actividad humana, como el mar de plásticos que plaga sus ecosistemas. La salud de nuestros mares y océanos depende de su biodiversidad y, especialmente, de especies tan importantes como la tortuga marina, que desempeña un papel imprescindible en el mantenimiento de diversos ecosistemas donde encontramos lechos, praderas marinas y arrecifes de coral.

Una de las mayores amenazas a las que se enfrenta la supervivencia de estas tortugas es el cambio climático, que afecta a este animal de forma especial. El calor de la arena donde se depositan los huevos es el responsable del sexo de la tortuga que nace del huevo, por lo que el cambio climático está provocando una crisis en las proporciones de sexos de las tortugas: debido al aumento de las temperaturas, la mayoría nacen hembras, así las crías de tortugas hembra aumentan en número a los machos por 116 a 1. Un grupo de investigadores se mostró positivo sobre su capacidad de adaptación a los cambios. Este animal, que ha existido durante más de 100 millones de años, podría haber desarrollado un mecanismo de adaptación relacionado con su forma de aparearse.

Otra de sus principales amenazas es la pesca. Unas veces son capturas accidentales que suponen su mayor amenaza, pueden quedar atrapadas en redes de pesca hasta morir. El comercio ilegal es también otro de los motivos de que las tortugas estén desapareciendo: su caparazón, su piel, sus huevos e incluso su carne la ponen en el punto de mira de la caza furtiva.

Los desastres naturales y el calentamiento del agua provocados por el cambio climático también afectan gravemente a las poblaciones de tortugas, así como la destrucción de su hábitat y las especies invasoras.

Cualquier esfuerzo es poco para tratar de recuperar las poblaciones de las especies de tortugas marinas, que se encuentran en declive a lo largo y ancho del planeta.

Debido a que, en los últimos años, el número de poblaciones que acuden a nuestras costas ha aumentado, se ha creado un proyecto denominado ‘Caretta a la vista’, se trata de una app para ayudar a estas especies en peligro. Tecnología y concienciación se alinean con el objetivo de localizar los nidos y las poblaciones de tortugas, y poder así protegerlos. Aboguemos por más proyectos como este que junto a charlas, formaciones y demás iniciativas divulgativas tienen como objetivo final lograr la recuperación de estas poblaciones.

Las tortugas carey y bastarda están clasificadas como “en peligro crítico” en la Lista Roja de La Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (UICN), la tortuga verde está considera como “en peligro” y las tortugas laúd, boba y olivácea como “vulnerables”. Sobre la situación de la tortuga franca oriental no se tienen suficientes datos, según informa WWF.

Sus poblaciones se estiman en 60.000 hembras reproductoras de tortuga boba, 34.000 de laúd, 203.000 verdes, 8.000 carey, 10.000 francas oriental, 1.000 bastardas y 800.000 olivácea.

Arde Australia, arde el planeta

Casi 200 incendios siguen ardiendo en todo el país de Australia.

1000 millones de animales han perecido con un estimación del 30% de la población de koalas en Nueva Gales del Sur, desaparecido, y se espera que estos números continúen aumentando.

Se han quemado más de 15 millones de acres de tierra. El número de muertos ha aumentado a al menos 24 personas y más de 1.200 hogares han sido destruidos.

El cambio climático es real, elijas creerlo o no. Somos responsables de esto y depende de nosotros solucionarlo. El momento de actuar es ahora comenzando a hacer cambios en nuestras vidas para combatir el cambio climático.

Enlaces para donar:
http://www.rfs.nsw.gov.au/volunteer/support-your-local-brigade
http://www.cfa.vic.gov.au
http://www.givit.org.au
http://www.cfsfoundation.org.au
http://www.redcross.org.au
http://www.koalahospital.org.au

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